miércoles, 23 de abril de 2008

“La capacidad de controlar, dirigir y seleccionar información puede convertirse en una fuente de poder comparable a la de los grandes recursos económicos, tecnológicos y naturales”

WILBUR SCHRAMM.
REFLEXION

¿CÒMO INTERVIENEN LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACION Y LA REPRODUCCIÒN DE LA SOCIEDAD, BENEFICIANDOSE DE SU IDEOLOGIA?


La ideología no es un concepto acabado y sobre el cual todo esta dicho; por el contrario se encuentra en pleno desarrollo y es aún punto polémico en el campo de las ciencias. Actualmente existen diferentes concepciones, donde se expresa la presencia de un determinado nivel de desarrollo científico.
Para algunos analistas la ideología es un fenómeno “individual” independiente y sin vínculos dentro del todo social: cada individuo posee una ideología que le es “propia” sin ninguna relación con la de los demás ni con la sociedad de la cual hace parte. La ideología “individual” esta conformada por algunas vivencias de su medio ambiente, pero esta determinada por sus factores biológicos o psíquicos de tipo interno.
De la misma manera, la ideología es un “espejo” de la producción, un reflejo mecánico de ella sin vida ni autonomía; las relaciones económicas que se establecen en la producción condicionan y determinan en forma mecánica el pensamiento y la filosofía de los individuos que forman parte de una determinada sociedad. Así que a tal sociedad con unas determinadas características en su organización económica, corresponde una ideología determinada, que necesariamente es así y que no es más que el fiel reflejo de las condiciones materiales en que el individuo se ubica y produce. En realidad esta concepción de la ideología “espejo” obedece a una visión rígida y mecanista de la sociedad, que fue expresada por algunos teóricos del siglo pasado, pero que hoy día ha sido revaluada porque ya nadie acepta, como científicamente válidos, esquemas deterministas y mecanistas en la interpretación de los fenómenos sociales.
La ideología es considerada como la “conciencia social” de una sociedad, producto de ciertas condiciones de la producción y de un desarrollo y dinámica esencial de ella. No es el reflejo mecánica de una determinada forma de organización social. De alguna manera, la ideología es el resultado de una cierta forma de sociedad, con su organización económica, sus valores, sus instituciones, sus tradiciones, su cultura etc.; pero no es una realidad necesariamente predeterminada de antemano, encajonada, sino una realidad condicionada por lo material, y dotada de una relativa autonomía.
Esta tendencia, es un instrumento a través del cual los individuos se ponen en contacto con la realidad, con los fenómenos que les rodea; en su forma inmediata de conocimiento y de representación del mundo. Sin embargo, no se puede pensar que esta sea como una realidad objetiva y seria de ese mundo, sino una representación imaginaria a través de la cual los individuos mas que describir la realidad, expresan deseos, sentimientos, y captan la apariencia de las cosas reduciéndolos aun nivel determinado.
Los individuos a través de la ideología representan su relación imaginaria con las cosas, con el mundo del cual hacen parte y en el cual producen. No es una relación real sino ideológica. A través de ella los individuos no captan la realidad en su totalidad pues la reducen a parte de ella. “No son las condiciones de existencia reales, su mundo real, lo que el hombre se representa en la ideología, sino ante todo lo que se le representa en su relación con las condiciones de existencia”1 Sin embargo, esta relación imaginaria o ese imaginario, no debe entenderse como sinónimo de falso o erróneo. La ideología según este enfoque, enlaza a los individuos en sus funciones y relaciones dentro de la sociedad. No obstante el termino cohesión deberá mirarse como una armonía en todos los aspectos sociales.
En este ambiente ideológico prevalecen los elementos cuya función es la adaptación a la realidad, comprendiendo los diferentes estadios de la vida colectiva e individual, da mecanismo al todo social a través de los diferentes grupos y sectores que determinan el desarrollo histórico de las sociedades. Esta función de conexión que se cumple en este ámbito es la estructura interna de los fenómenos que existen en el orden social como un orden natural. Esto es, los individuos aceptan sus condiciones de existencia como naturales, inmodificables e independientes de la organización social de la cual hace parte.
La ideología es interiorizada tan profundamente que llega a confundirse con las experiencias de los individuos afirmando que: “la ideología como sistema de representación es indispensable de la experiencia vivida por el ser humano, es decir, que se incorporen sus costumbres, sus gustos, sus reflejos, significa también que para la gran mayoría, esta experiencia es vivida sin que los fundamentos de estas representaciones surjan a nivel de la conciencia. Se trata de un estado que los individuos viven como una naturaleza social que se impone a ellos por un modo de producción que impregna todas las relaciones sociales”2.
A través de la ideología se le asigna un carácter “natural” a los fenómenos sociales, al igual que a los físicos. Los fenómenos se modifican, al no ser explicados científicamente, en sus condiciones reales de existencia y de acuerdo a la forma de organización social existente en cada momento. “El modo de operar que caracteriza a la ideología es el de hacer olvidar o silenciar las verdaderas fuerzas sociales motrices que dinamizan al individuo, en otros términos, hacen perder de vista los orígenes del orden social existentes de tal manera que los individuos puedan vivirlo como un orden natural. Cuando aparece en la sociedad un proceso o un fenómeno susceptible de revelar las contradicciones inmanentes al sistema, el mito hace desaparecer el sentido de una realidad social que dicho proceso o fenómeno podría tener, asignándole una explicación que oculta las contradicciones de ese sistema. El mito, pues, domestica la realidad, la amolda a la realidad impuesta por el sistema, de la cual no es real sino admitiendo las bases sobre las cuales se haya construido la ideología dominante; se toma la clase dominante como parámetro de la objetividad y universalidad”3.
Cada sociedad en sus distintos momentos históricos posee unas formas de conciencia que le son propias y que contribuyen a la reproducción y mantenimiento de sus estructuras. Por tal motivo, la ideología se haya presente en cualquier tipo de relación: económica, política, religiosa, familiar, etc., donde el hombre vive de acuerdo a su contexto social. Es aquí, donde se pueden ubicar las relaciones, la función social de la ideología, como reguladora de las relaciones que se dan en le interior de la humanidad.
Por otro lado, es evidente que a pesar de la antigüedad de los medios masivos de comunicación (prensa desde fines del siglo XVIII o el cine a fines del siglo XIX), solo en el siglo XX se puede hablar de ellos como fenómenos masivos.
Se presentan en este periodo, no por una situación de casualidad o por el ingenio creador de individuos de la época, sino respondiendo a determinadas condiciones de desarrollo de la técnica, las necesidades de la producción dentro del individualismo y las exigencias del proceso socioeconómico en general.
Teniendo en cuenta, los factores que hacen parte de la comunicación se puede suponer que la información es un proceso “entre iguales”. No obstante, esta forma de comunicación solo es característica de las sociedades en las cuales las relaciones que se establece entre los individuos son de cooperación, donde no hay unos que mandan por el hecho de poseer “algo”. La realidad actual de la comunicación se encuentra sobre la concentración y control de ella por parte de los sectores dirigentes de la sociedad y la imposibilidad de los sectores populares de hacer escuchar su voz por no poseerlos mecanismos requeridas para ello.
Para concluir, se tiene que la IDEOLOGIA y la COMUNICACIÒN son dos fenómenos que se encuentran íntimamente ligados. La ideología se halla en todo proceso de comunicación, el emisor posee una ideología que se hace manifiesta en la elaboración y forma de presentación del mensaje; le mensaje lleva implícito un contenido que es, en primera instancia, ideológico; el receptor cuenta igualmente con una ideología que le permite captar los mensajes como inofensivos y neutros, afianzando así su ideología y la de la sociedad en general.
En todo mensaje (película, noticiero, novela, etc.,) hay latente una determinada concepción del mundo, unas relaciones que el emisor trata de imponer a sus receptores (por la forma de transmitir el mensaje, por lo que no dice, por le momento en lo que dice, etc.), sin que se tenga conciencia de ello.
La ideología dominante dentro de los medios masivos de comunicación es la de los que detectan el poder; a partir de ellos, contribuye a la reproducción de la sociedad como un todo, ayuda a fijar a los individuos, clases o grupos en los papeles y funciones que les ha asignado la organización social dominante.
La información repartida a través de los medios masivos posee un carácter subjetivo: no hay información neutral, objetiva, imparcial, puesto que siempre se informa según los interés determinados, esto es, los intereses de quienes poseen los medios de producción y la palabra. Evidentemente, no es posible concebir la existencia de los medios de comunicación neutrales, pues esto implicaría la presencia de una sociedad sin diferencia de intereses entre los grupos sociales; pensar actualmente esto es transitar por el terreno de la imaginación.
En sociedades como la nuestra, se presenta una gran contradicción en relación con los medios, pues siendo éstos patrimonios de toda la sociedad, patrimonio colectivo, son objeto de propiedades privadas. La información que emiten obviamente favorece a los intereses de este tipo de propiedad y se orientan hacia ella afianzándola. La intencionalidad es secundaria dentro de este proceso.
Del mismo modo, la ideología es un sector donde se reproducen valores, normas y pautas de comportamiento que consciente o inconscientemente condicionan a los individuos, instruyéndolos a responder a las exigencias de cualquier sistema en cualquier momento determinado, esta exigencia de reproducción se da tanto a nivel material como inmaterial.
A través de los medios masivos de comunicación los diferentes sectores de la sociedad, se “comunican” se “encuentran” sin tener en cuenta sus distintas posiciones dentro de la estructura social, se crea la sensación de solidaridad, de presencia de intereses comunes, se da un aparente acercamiento que acaba con las diferencias grupales, raciales, de nacionalidad, etc., llegando los individuos a percibir una “armonía social”.
1. Louis Althusser, Ideología y aparatos ideológicos. Edit. Tupac Amaru. Bogotá 1974. 4ª. Ed.Pàg.60.
2. Matterlart, Armand, La comunicación masiva en el proceso de liberación. Edit. Siglo XXI, Buenos Aires 1973, pàg.36.
3. Idem. Pag.71.
4. Louis Althusser, La filosofía como arma de la revolución. Edit. Pasado y presenta, Buenos Aires, 1974, 6º.ed.Pag. 49.

1 comentario:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Yudy, en este escrito encuentro varios apartes de artículos de Internet sin su respectiva referencia....ojo se trata de cosntruir nuestars propias reflexiones de "copiar y copiar"