miércoles, 23 de abril de 2008

NUCLEO PROBLÈMICO No.2-3
¿CÒMO ARTICULAR MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACION CON EL LENGUAJE Y LA CULTURA DE LA IMAGEN?

TEXTO ARGUMENTATIVO
LA INVASION DE LA PUBLICIDAD
La publicidad ha invadido descaradamente al país; hasta hace poco la propaganda era discreta; se hacia al margen; no perturbaba la vida individual o social; su comercialización tenia límites, no gozábamos de especialistas en la materia, pero desde hace unos años, todo a cambiado; la publicidad nos ha invadido, se ha adueñado de nuestras vidas, las ha impregnado abierta y mezquinamente.
Así mismo, los avisos de los periódicos han tenido una escalada formidable, secciones enteras son de avisos, las demás secciones gozan de avisos especiales, generalmente el lector se tropieza con la propaganda inevitablemente, se le mete por los ojos, por las narices, por la boca, lo intoxica, no interesa: de eso se trata.
Las revistas populistas, las que se pueden editar y publicar ampliamente, según de dice, porque es lo que gusta al publico son caso aparte, todas ellas destilan avisos, y el mal gusta señorea; limítrofes obscenas, su vulgaridad aterra. No hay medida ni control, todo esta bien si el producto se vende, t la manera de venderlo es anunciándolo continuamente, y la denunciación es desatar esta ola viscosa sobre el lector indefenso.
Esa propaganda que los estados totalitarios, bajo un Hitler o un Mussolini o un Stalin, se especializaron en desatar para hacer un lavado de cerebros colectivos y que, por lo demás resulto eficaz entre la sociedad, en ese otro aspecto manejadas por las grandes empresas y los magnates económicos, la manera de expresarse los grupos d presión, dentro de nuestro establecimiento ciudadano y pudiente, es esta alarmante publicidad: feroz, despiadada inconsulta y masiva.
Es otra forma de flujo, que tiene infectado el ambiente social. También es otra forma de violencia, en una de las manifestaciones más terribles: La psicología.
El filosofo, Gabriel Marcel se preguntaba “hasta donde puede ser libre el hombre contemporáneo en medio de un estado que dispone de esa arma aterradora que es la publicidad sin limites”1. El estado ha penetrado hasta medula del sr humano que ha socavado su conciencia. Le puede hacer pensar lo que deseen sus dirigentes, es la “invasión psicológica” del que hablaba el mismo filósofo. Es esta la manera como la publicidad invade a la sociedad dictatoríamente e inhumanamente. La propaganda nos ha quitado la libertad que otros nos diera, estamos en sus manos. Creemos, pensamos y sentimos lo que nos imponen, desde su extraño Olimpo, los manipuladores de la publicidad. Especies de Goubels comerciales, cada vez especializados en violar nuestra interioridad, nos dominan y mueven a su antojo.
De ese oscuro imperio, del que domina el país, por todas partes; ya se señalaba lo que ocurre con los periódicos y las revistas. Piénsese lo que sucede ahora con la radio, como se vive la época del aparato en la que el maligno aparatico se ha introducido en todas las aldeas y rincones, y cada ciudadano no se siente completo si no tiene encendido su estuche mágico, la publicidad ha encontrado en la radio su instrumento de dominio colectivo. De ahí el crecimiento excesivo de las estaciones de radio. El populismo también las domina. Cuanto más ruidosa mejor, cuanto más aviso mejor, niños, adultos, ancianos, todos vivimos bajo un sonoro impacto, es otra polución: la del ruido, de nada vale al tratar de mantenerse al margen si la radio nos invade, llega a nuestra soledad, se nos unta por la calle.
Este mismo imperio a invadido a la televisión, un superestado; los intereses que están allí en juego maniatan al gobierno, todo lo corrompen. De ahí la calidad de los programas televisivos, el estado no ha logrado imponerse, ni imponer una TV de contenido social o educativo, o cultural, formativa de un pueblo que no ha podido salir del pobreza. Las famosas “cuñas” todo lo contagian, lo dominan, la “cuña” es reina de la televisión reina irrisoria, de pirueta, de atroz falsedad: todo lo puede decir, propagar, insinuar, imponer, reina al fin. Del mismo modo, millones de colombianos estamos sometidos día y noche a esa mofa, a esa otra polución, que ha infectado el aire a escala nacional. ¿Como puede esos millones de ciudadanos sustraer al indigno influjo?, la TV como el filtro de los estados totalitarios ha invadido la vida interior, ha socavado la intimidad, a so mismo, ha logrado lo que temía y señalaba Gabriel Marcel: la invasión psicológica.
Para concluir, lo triste es que es que es bien difícil poner algún remedio ante este hecho, algún límite por lo menos, a toda esta polución rampante, el ciudadano es un sujeto indefenso, voces aisladas protestan sin obtener respuesta alguna, en vano naturalmente. Los publicistas y empresas se sonríen, detrás de cada aviso, de cada valla, de cada comercial, saben bien que mediante esos avisos, como con las cuñas de la TV, atrapan a sus clientes. No importa tener infectado el país, el aire, las carreteras. O periódicos, revistas, radio y televisión, estadios. El país esta impregnado de una sombría y desmedida publicidad. El estado no solo se alza de hombros, sino que propicia, acoge desarrolla esa propaganda repugnante. Los intereses que están en juego, como en el caso de los narcotraficantes, maniatan al gobierno. El ruido, el mal gusto, la polución, la publicidad siguen en marcha aterradora... “SI DANTE HUBIERA CONOCIDO TODO ESTO, HABRIA PODIDO AGREGAR UN CANTO MÀS A SU INFIERNO”.

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